En un pueblo de león entre las montañas vivía Pedro, un niño de diez años que estaba en el pueblo junto a once niños como él, había pocos adolescentes porque en el pueblo hacía poco que se había empezado a trabajar en una mina, y por lo tanto había más gente y más casas construyéndose cada día, cuando llegaba a casa se paraba mirando como su madre metía leña en la cocina para que calentase, él se sentaba en el escaño con sus amigos a comer pan y chocolate, un día de invierno, Pedro tenía que salir a quitar la nieve de la casa de su madre puesto que había nevado y su padre tenía que ir a la mina, a medida que quitaba la nieve iba removiendo la tierra del camino para que no helase, lo solía hacer hasta el leñero, la cuadra y el camino principal del pueblo, que estaba asfaltado de cemento, mientras acababa de limpiar hasta el camino aparecía un coche con dos hombres con sombrero y chaquetas, no mucho más limpios que Pedro, pero sin duda lo estaban, el coche pasó a paso lento entre Pedro y el escaso camino que quedaba en dirección a la mina, cuando acabó se encerró en casa y se quedó pensando en ello mientras ayudaba a su madre hasta que llegó su padre, cuando este llegó Pedro quiso preguntarselo, pero el padre venía como deprimido, cuando llegó Pedro no le acompañó a la cocina y se quedó en el pasillo escuchando tras la pared, mientras pegaba el oído oía a su padre relatando a su madre que había habido un derrumbe en la mina y había atrapado a un compañero suyo y que había llegado un ingeniero para ver la estructura de la mina junto a un evaluador de daños por parte de la empresa, al día siguiente y después de que su padre se ahubiese ido Pedro dijo a su madre que aún le quedaba parte del camino al leñero, cosa que había echo ayer pero que le dejaba tiempo suficiente para ir velozmente hasta la mina del pueblo y ver lo que había pasado, cuando llegó Pedro se mantuvo a mucha distancia en la loma de la colina observando como el coche que había visto pasar estaba allí aparcado y uno de los dos tipos estaba acompañado de varios hombres junto a su padre rodeando una mesa con un plano y varios papeles, al lado tenían la boca de la mina que parecía no dañada, así que Pedro supuso que una cueva en las que se partía el tunel era la que se había desplomado, Pedro creyendo que podría hacer algo bajó rápidamente hasta donde estaba la cueva de la mina y aprovechando que habían parado para descansar, aunque el tipo que estaba junto a su padre mirando el plano seguía ahí revisandolo, decidió pasar al interior, por suerte para él el sitio del individio le impedía ver la entrada al tunel, así que Pedro cojió un casco con linterna y el pico el cual estaba dado la vuelta y en él estaba apoyado el casco, y arrastrandolo cuidadosamente prosiguió hasta el final, cuando llegó vió un estrecho hueco por el cual solo él podía pasar y colandose por ahí encontró gateando a dos metros al obrero herido, cuando llegó, él tenía la parte inferior atrapada debajo de la viga pero no aplastada, le pidió a Pedro una palanca, en ese momento lo más a mano que tenía Pedro era el pico, el cual coló a través del agujero y se lo llevó, apoyando su cuerpo y con Pedro colgando como contrafuerte el minero fué apartando su cuerpo poco a poco del montón que lo cubría, cuando salió entero quedó en el suelo expirando fuertemente por toda la adrenalina generada por el momento, mientras esto pasaba la madre de Pedro había ido a avisar a su padre de que Pedro no estaba y se había ido por la mañana después de limpiar el camino de nieve hacia el leñero, cuando se lo contó el padre recordó que un amigo había perdido su pico y casco, nada más pensar en eso se adentró en la mina junto a unos compañeros, mientras iban avanzando Pedro y el minero que había salvado estaban golpeando el agujero por la parte inferior por la cual se había metido Pedro, el padre empezó a esprintar cuando vió en ese agujero una luz, nada más mirar por él vió como estaban excavandolo, sin mediar palabra preguntó a su hijo si estaba dentro, y cuando recibió respuesta fueron a por sus picos y empezaron a ayudarles, al final acabaron pudiendo salvar a Pedro y al minero perdido, y a pesar de que su padre lo riñese, Pedro acabó sabiendo que era el padre de uno de sus amigos, el cual siempre se lo agradeció, y por los daños recibidos por él obrero la empresa le recompensó con uno cheque de gran valor del cual parte en agradecimiento fué destinada por el obrero a la familia de Pedro que acabó pasando una feliz navidad.